De vez en cuando doy vueltas alrededor de mi mismo, camino lento y pausado mirando todas aquellas cosas que nunca termine de hacer por miedo de mi mismo o a tí.
Me siento y pienso que por mas ruido que meta en mis días, este silencio que arrastro nadie lo podrá quebrar, este luto de palabras que llevo, este vacio de sentimientos, no existen suficientes muertos para alimentar este cementerio que llevo por corazón.
Hace calor, abro una ventana, miro a la calle y todo es igual: perros, putas, pobres y hombres.
¿Quien podra salvarnos de este conformismo en que nos encontramos?, ¿Quien nos vendera alguna tripa con esperanza para poder continuar?.
Esta resignación que nunca llega, por mucho que la espere, esta espera inutil de tener algún día fé.
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