miércoles, septiembre 10, 2008

Con tus grandes ojos ausentes

He seguido paso a paso el lúgubre cortejo de tu partida con el mismo interés con que los ancianos intentan predecir su muerte.

He vestido de negro mis días, levantado plegarias contra tu buena suerte, comido del pan de la desesperanza y maldecido tu nombre en más de una ocasión.

He andado de aquí para allá cargando a cuestas los muertos que me dejo tu amor, he llenado de nostalgias algunas botellas vacías, he cambiado mi fe un par de veces para ver si algo dentro de este vacío cambia un poco también.

He llegado al borde de la desesperanza, he llegado al punto de engañarme a mí mismo con la idea de que un día regresaras…, más esa puerta nunca se abrió, ninguna carta llegó con tu nombre, ningún barco te devolvió a mis días.


Hoy con tus grandes ojos ausentes siento que aun me vigilas, aun yo te presenció en mi vida y asisto como único testigo vivo a las ruinas de ese ayer para dos que compartimos…, y te sufro igual como se sufre de los malos salarios, de la mala memoria y de la resaca que produce el mal vino.

jueves, septiembre 04, 2008

Ojos de hombre

Ojos de hombre que no miran hacia atrás, voz amarga llena de pasados y manos callosas de tanto secar lágrimas.

Un día pueda ser que por fin encuentres lo que nunca perdiste pero sabes perfectamente que te hace falta, un día se ira ese dolor que no viste nacer pero creció contigo.

Sobraran los diarios, no habrá mas noticias en la tele ni amores baratos para perfumar tus noches,

Tu corazón es maldito, tu corazón es solo un cúmulo de sangre con poco de entrañas que siente asco de si mismo, tu corazón no sabe de amor por que jamás llego a tiempo a esa clase,

Tus pasos miden perfectamente el paso del tiempo, pero tu reloj solo sirve para medir la soledad

Hombre cansado, hombre desecho, hombre malvado, hombre capado, tal ves ya es tiempo, tal vez ya es hora que miremos hacia atrás.

martes, septiembre 02, 2008

Entonces sucede

Entonces sucede que estoy solo,
Lejos de todo, de todos, de ti, de ellos, de mis fantasmas cotidianos, de mis dudas rutinarias, de tus miedos abismales...
Estoy solo y lejos, lejos incluso de mi mismo…
Y es en este autoexilio en el que me encuentro, en donde a espaldas de todos, de mis odios, de mis rencores, de mis pasiones y mis orgullos te dirijo un pensamiento
Te dirijo un pensamiento como quien dirige una palabra, suelta un suspiro o estira una mano.
Y este pensamiento sale directo, sin miedos, desde ese lado del corazón que yo mismo no conocía, robándome un poco de mi, vengándose de tu olvido, sale esta palabra, sale este recuerdo de ti, de lo poco bueno que me queda ya de tus recuerdos, sale y una alegría añeja me mal dibuja una sonrisa rancia que mas parece una mueca en el rostro…
Entonces sucede que un ruido, una puerta abierta, un estornudo o una palabra cualquiera dicha por ellos me rescata de aquel exilio en que se han convertido los recuerdos de una vida contigo, y me doy cuenta y se que sucede y seguirá sucediendo que estoy solo, solo sin ti… pero conmigo.